divendres, de desembre 22, 2006

Los nuevos aventureros (traducción de un artículo anterior)

El otro día, después de comer en casa de mis suegros, ojeé una revista de actualidad (hidrofóbica, naturalmente) que incluía una noticia que, por escandalosa (a mí sí me lo parece) os quería comentar. Ésta es que en Méjico hay un pueblo en el que se ha organizado una especie de "tour" bastante cruel (aunque debo reconocer que no se obliga a nadie a hacerlo, y también he de añadir que la palabra no es "cruel", pero sé que mis queridos alumnos leen mi blog, y no les quiero "enseñar" palabrotas). La aventura consiste en simular por 12 € un viaje a la otra parte de la frontera. Todo es legal, todo está acondicionado, y supongo que les harán pasar a los "nuevos aventureros" la sensación de riesgo y de miedo de aquél que se juega la vida por conseguir una vida mejor. Las impresiones de quien deja atrás familia y amigos por una incógnita, que le puede suponer salir de la miseria para caer en miseria y media.
¿No os parece que hemos perdido el norte? ¿No os parece absurdo y estúpido? ¿Por qué se permite ese tipo de juegos macabros? Haré alguna comparación, y que me perdone quien entienda que quiero hacer broma, porque no tiene ninguna gracia. Imaginaos que alguien hiciese lo mismo aquí, y cobrara por organizar un viaje en patera, con hambre, frío, miedo... Incluso, para dar más realismo al "tour", se podría contratar a algún actor para que simulase morir durante el trayecto. Sería lo más. También puede aparecer una empresa que te haga vivir la aventura de ser una "madre de la Plaza de Mayo", y llorar la desaparición de un familiar al tiempo que ves cómo a nadie le interesa lo que le pasó a tu hijo, marido, amigo... Lo mismo para el Tsunami, etc. ¿Y si cobramos por un Tour por el IVO (Instituto Valenciano de Oncología)? Incluye conversación con médico que te da la noticia, viajes infinitos a sesiones de quimioterapia, trato humano por parte de enfermeras (si son titulados nos salimos del paquete básico), etc.
La verdad, esto empieza a pasar el límite de lo tolerable. Nunca había imaginado un mundo tan estúpido para nuestros hijos. Os propongo que intentemos educarlos con otro tipo de valores. Como por ejemplo que el dinero no lo puede todo. Como por ejemplo que todos los medios no son lícitos para llenarse el bolsillo. Como por ejemplo que las desgracias ajenas no son ninguna aventura.